sábado, octubre 21, 2006

Puntos para inmigrantes

La propuesta de Artur Mas de una especie de carnet por puntos para los inmigrantes me parece descabellada. Su idea es que los inmigrantes sólo podrán acceder a los servicios que ofrece el Estado de bienestar -dejando aparte la sanidad- si se integran en la sociedad catalana y aceptan sus valores y su cultura.

¿Cómo se come esto? ¿Se trata de poner más trabas a las que ya encuentran por su condición de desplazados? ¿Se les ha de premiar o castigar según cambien su modo de vestir, aprendan catalán, bailen sardanas, cambien el Ramadán por la Pascua o compren rosas por Sant Jordi?

Si cometen delitos, ahí entra ya la justicia, sean inmigrantes o no. Por lo demás, debemos dejar que los inmigrantes descubran por sí mismos lo que les conviene adoptar o retener. Someterles a evaluación de civilidad o de catalanidad, resulta ofensivo.

Y Catalunya debe ser, ante todo, un amable país de acogida en el que, desde el primer momento, los que lleguen se encuentren como en casa.

miércoles, octubre 11, 2006

Jovenes Anque sobradamente Cabreados




Bueno:

Llevo unos dias pensando que lectura coger para el puente del Pilar.
Y pensando, pensando, me he acordado de una amiga llamada precisamente Pilar, a la cual hace mucho tiempo que no veo, y que escribió un libro muy interesante llamado Jovenes aunque sobradamente cabreados.
La verdad es que he considerado muy apropiado retomar esta lectura, sobre todo para coger fuerzas previas a la campaña de Autonomicas.

Cada capitulo tiene lecturas mas allá de la se especifican objetivamente en cada párrafo y conclusiones sobre activismo joven, manipulación mediatica, etc... a las que creo que cada uno debe llegar de manera individual.
Seguidamente os adjunto la sinopsis que sale en el Libro y una foto de la guapa y simpatica Autora.

“ Jóvenes, aunque sobradamente cabreados reconstruye por primera vez, a través de la mirada de la juventud, cinco momentos que condicionaron la política española durante los años de mayoría absoluta del PP. El libro desvela las razones que llevaron a los jóvenes a lanzarse a las calles para convertirse en protagonistas del rechazo a la reforma educativa, de la lucha contra el decretazo, de la marea de voluntarios desplazada por Galicia para limpiar las costas de petróleo y las masivas manifestaciones contra la guerra de Irak. Un recorrido de consignas y pancartas que alcanzó su máxima intensidad durante los cuatro días de marzo que se iniciaron con el dolor de la matanza del 11-M y desembocaron en un vuelco electoral sin precedentes en nuestra democracia.

Jóvenes, aunque sobradamente cabreados es una crónica viva del despertar político de los jóvenes, que incluye análisis y reflexiones de los más destacados protagonistas dela política nacional, el mundo de la cultura y de las universidades. Entre los personajes entrevistados figuran políticos como José Luís Rodríguez Zapatero, Mariano Rajoy, Gaspar Llamazares, Juan José Ibarretxe y Pasqual Maragall, e intelectuales como José Saramago, Rosa Regás y Manuel Rivas”

Pues eso, animaros a leeros "Jovenes Aunque Sobradamente Cabreados%

martes, octubre 10, 2006

¿Qué Cataluña?

Articulo de Vicenç Navarro Publicado en el Pais

Como era de esperar, los nacionalistas catalanes se están movilizando para alertar al electorado catalán de que la elección del candidato socialista José Montilla (nacido en Andalucía) afectará negativamente a la identidad y los intereses de Cataluña. Incluso un articulista nacionalista que escribió recientemente en estas páginas de opinión que el Gobierno tripartito había sido un "fracaso" y "una de las experiencias más esperpénticas vividas en Cataluña en los últimos años", ha sacado a relucir la militancia comunista de Montilla en su pasado como prueba -a su juicio- de su escaso compromiso con Cataluña. Ni que decir tiene que cada articulista que alerta sobre la posible victoria de tal candidato aclara -a fin de ser políticamente correcto- que su negatividad hacia tal candidato no está basada en absoluto en el hecho de que naciera fuera de Cataluña.
En estas advertencias al electorado existe una concepción patrimonial de Cataluña que asume que ellos, y sólo ellos -los nacionalistas catalanes-, conocen, defienden o están comprometidos con Cataluña. Una vez más están dando carnets de catalanidad, mostrando una arrogancia profundamente ofensiva, basada en una ignorancia historiográfica y en una concepción clasista de lo que es Cataluña. En contra de lo que estos nacionalistas asumen, no hay una sola Cataluña. Al menos hay tantas Cataluñas como catalanes existen en este país. Ahora bien, independientemente de cómo se defina esta comunidad, creo que una manera razonable de medir el compromiso de un partido político con Cataluña es analizar el impacto de las políticas públicas que lleva a cabo cuando gobierna en la calidad de vida de la mayoría de la población catalana; es decir, de las clases populares. Pues bien, tal impacto puede medirse y evaluarse. Los datos existentes muestran claramente un sesgo clasista (es decir, que benefician a unas clases sociales más que a otras, y en muchas ocasiones, a costa de otras) de gran parte de las políticas públicas del Gobierno nacionalista conservador. Ejemplos hay muchos. Las escuelas privadas (gestionadas en su mayoría por la Iglesia, y a las que asisten, por lo general, los hijos de familias del 35% de la población de renta superior) recibieron de aquel Gobierno el subsidio más alto de España (y de la UE de los Quince) a costa de los fondos públicos a las escuelas públicas (las que atienden en su mayoría a los hijos de las clases populares). Tales subsidios (incluso a escuelas de élite del Opus Dei) se hicieron utilizando "trampas", como reconoció en su día el entonces presidente Jordi Pujol.
Otro ejemplo de políticas clasistas de los nacionalistas conservadores fue su apoyo a la reforma fiscal del Gobierno de José María Aznar, que significó -de acuerdo con el trabajo realizado por el catedrático de Economía Analítica Zenón Jiménez Ridruejo y su colaborador, el profesor Julio López Díaz, titulado El impacto de la reforma fiscal de 1998- una enorme redistribución de las rentas en Cataluña y en España, de manera tal que el 30% de contribuyentes de renta superior vieron sus rentas aumentar del 59,2% al 62,9% (durante el periodo 1998-2003), mientras que el 60% restante (las seis decilas de contribuyentes de renta inferior) disminuyeron del 31,16% al 27,8%.
Es comprensible que a las derechas catalanas y a las del resto de España les incomode la documentación y publicación de estas políticas clasistas. En una reciente intervención del portavoz de Convergència i Unió (CiU) en el Parlament, éste nos acusó a mí y a mis colegas universitarios de "estar reavivando la lucha de clases en Cataluña" al dar a conocer tales datos. Nosotros, sin embargo, no estamos reavivando, sino meramente fotografiando tal lucha de clases, que ellos están llevando a cabo exitosamente para sus intereses, realidad que fue ocultada por los medios públicos de persuasión (incluidas la televisión catalana y Catalunya Ràdio) que ellos controlaban. Ninguno de estos medios informó tampoco de que por muchos años Cataluña era una de las regiones europeas con mayores desigualdades por clase social. Un varón perteneciente a las clases más adineradas (de decila de renta superior del país) a mediados de los años noventa (en pleno periodo nacionalista conservador) vivía casi 10 años más que un trabajador no cualificado con más de cinco años en paro, una de las diferencias mayores de mortalidad por clase social en Europa, situación a la que contribuyeron las políticas clasistas del Gobierno nacionalista conservador, sobre las cuales hubo un silencio mediático ensordecedor. Ninguno de tales articulistas nacionalistas que continúan hoy dominando la cultura mediática del país hablaron de estos temas. Sus llamadas a la cohesión nacional ocultaron la enorme descohesión social.
Una última observación referente al pasado comunista de José Montilla. Luché en la resistencia antifranquista en los duros años cincuenta y sesenta, lo cual causó mi largo exilio, y pude apreciar el enorme compromiso por la libertad, la justicia social y la identidad catalana que tuvieron los comunistas, siendo merecedores de mi gran estima y respeto. Es resultado del vulgar anticomunismo dominante, ignorante de nuestra historia, que ahora se quiera presentar el hecho de que Montilla militara en su juventud en la resistencia antifascista dentro de las filas comunistas como prueba de su posible escaso compromiso con Cataluña. La clase trabajadora inmigrante ha ejercido un papel clave en la construcción de este país, y en la lucha antifascista que combinó en Cataluña la lucha por la democracia y la justicia social con la recuperación de la identidad nacional. Fue la burguesía la que apoyó y se benefició del franquismo. Artur Mas, dirigente del partido nacionalista conservador, antepuso, por cierto, su proyecto profesional (preparando oposiciones) a su compromiso con Cataluña (como también hizo otro superpatriota de signo contrario, José María Aznar). Es sorprendente ahora su osadía de dudar de la catalanidad de José Montilla, quien desde su juventud y en momentos muy difíciles para Cataluña, luchó por ella.
Vicenç Navarro es catedrático de Políticas Públicas de la UPF.

lunes, octubre 09, 2006

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Un debat també en castellà

El candidat del PSC a la presidència de la Generalitat, José Montilla, ha originat una considerable polèmica en proposar a Artur Mas que tots dos protagonitzin un debat en una cadena televisiva d'àmbit estatal, per descomptat en llengua castellana, a més d'un altre a Catalunya, aquest en català. Artur Mas s'hi nega. Diu que parlar en castellà espanyolitza la campanya, i que un debat sobre les eleccions de Catalunya s'ha de fer en català. Òbviament, es tracta d'arguments raonables. Sobretot, en un nacionalista.

Montilla, per la seva banda, argumenta que les cadenes estatals tenen una considerable audiència a Catalunya i que, per tant, també val la pena fer aquest debat. A més, diu que aquestes eleccions interessen a tot l'Estat. També són uns raonaments correctes. Lògicament, Mas vol mantenir el caràcter estrictament català de la campanya i de les eleccions, i en aquesta línia, un debat en castellà trencaria aquesta dinàmica. És una posició lògica en un nacionalista.

Per la seva banda, Montilla s'està esforçant a mobilitzar l'electorat, tradicionalment abstencionista en les eleccions catalanes, dels cinturons industrials, un electorat castellanoparlant. És lògic, per tant, que pretengui espanyolitzar la campanya. Les dues estratègies són molt clares. Però, al marge d'estratègies de partit, la proposta de Montilla suscita algunes preguntes que caldria contestar abans de descartar el seu plantejament. Es tracta de veure si el debat en una cadena estatal pot ser beneficiós o no.

És bo per a aquestes eleccions que a la resta de l'Estat es coneguin els plantejaments dels dos principals candidats? És bo per als castellanoparlants de Catalunya tenir l'oportunitat d'escoltar els dos programes en la seva llengua? En principi, les dues preguntes haurien de tenir una resposta positiva. Perquè no s'entén quin perjudici pot produir a aquestes eleccions el fet que es faci un debat en castellà de manera que sigui possible seguir-lo a tot l'Estat. Quin és el problema?

El nacionalisme català sol queixar-se que a la resta de l'Estat hi ha un profund desconeixement de la realitat de Catalunya. El debat que proposa Montilla podria ser una excel·lent oportunitat per reduir aquest desconeixement. Negar-se ara a un debat que pugui ser vist a tot l'Estat i queixar-se després que Espanya no entén Catalunya seria un exercici d'una incoherència total. D'altra banda, tampoc no es pot negar el fet que Catalunya és una nació bilingüe. Per tant, no és res extraordinari que es faci un debat en una d'aquestes dues llengües. Negar l'existència d'aquest bilingüisme és negar la realitat, cosa que mai no dóna bons resultats.


Editorial E-noticies

miércoles, octubre 04, 2006

Nacionalisme d'esquerres?

Este es un articulo interesante que esta firmado por un chico llamado Albert Roig.
En algún aspecto tal vez sea anacronico, aunque estoy deacuerdo en otros.. en fin la cuestion es que fue publicado en el e-noticies y suscitó mas 100 mensajes y comentarios.

Espero Vuestras aportaciones.


Nacionalisme d'esquerres?


La nació cultural és una fal·làcia. La pretensió de considerar que els drets individuals d'un col·lectiu humà deriven de la seva condició d'identitat cultural pot ser més o menys encertada, però identificar-la amb un territori delimitat és absurd, en el sentit que la nostra cultura no difereix essencialment de la dels nostres veïns en més grau del que difereix entre nosaltres mateixos.

Si el nacionalisme es deriva del sentiment de pertinença a un determinat col·lectiu, el que és evident és que un manobre català se sent més identificat amb un manobre andalús o alemany que amb un empresari català. Jo, per exemple, em sento ciutadà del món, i poc tinc a compartir amb un ric propietari que es passi el dia entre reunions i manicures, malgrat que compartim ciutat.

És en aquest sentit que el nacionalisme es manifesta com una eina política de les classes dominants per mantenir sota control les classes desfavorides. Així, la burgesia catalana controla la política regional des de fa més d'un segle (durant quaranta anys a les ordres d'un altre nacionalisme: ja sabem que els quartos no tenen pàtria) mitjançant la construcció d'un imaginari col·lectiu. Així ho explica el filòsof Avishai Margalit en la seva particular definició de nació: "Una nació s'ha definit com una societat que alimenta una mentida sobre els avantpassats i comparteix un odi comú envers els veïns. Per tant, la necessitat de mantenir una nació es basa en memòries falses i l'odi per tot aquell que no les comparteix".

Una altra citació ens pot il·lustrar molt bé el que tracto d'explicar: "No és la consciència de l'home la que determina el seu ésser, sinó, per contra, l'ésser social és el que determina la seva consciència" (K. Marx). Dit d'una altra manera: la memòria col·lectiva condiciona la nostra manera d'entendre la realitat.

És així com la classe política, al llarg dels anys i des que hi ha democràcia, ha anat manipulant la consciència col·lectiva i, amb ella, la lluita social i, per descomptat, la idea de nació: un concepte que va néixer com a escenificació de la lluita de classes —el conjunt de ciutadans lliures que reclamen la sobirania a la noblesa— s'ha acabat convertint en una excusa per posar fronteres entre iguals, per fer-los creure que són diferents, més encara: que són enemics. En resum: condemnar-los a un estatus d'inferioritat social, com ja denunciava Rosa Luxemburg fa ben bé un segle.

Per això, enfront de la idealització banal d'una idea de nació abstracta, nosaltres defensem el patriotisme cívic; un concepte íntimament lligat al de ciutadania i al de sobirania popular; una actualització —compatible amb el món globalitzat— dels principis que van permetre a l'esquerra, amb tots els seus pros i contres, lluitar per la llibertat de tots els humans.


President del Consell General de Ciutadans-Partit de la Ciutadania, Candidat per Girona